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Fotografía de Sergio Pulido
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Fotografía de Sergio Pulido
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Hoy, 23 de abril, es un día que me gusta en especial: por ser el cumpleaños de alguien muy querido y por celebrarse el Día del Libro. Desde que aprendí a leer y mucho antes, me fascina la capacidad humana de contarnos historias. Me parece algo tan mágico, que espero me siga hechizando el resto de mis días.
El pasado 4 de abril mi bicicleta me llevó de cuentos por el Campo de Gibraltar, San Roque para más señas. Gentes del barrio de Campamento fueron acercándose tímidamente al principio, con más decisión mientras transcurría la contada. Y entretanto, volví a ver en sus expresiones ese deseo de escuchar, de compartir en grupo cara a cara. Y me recordaron por qué me gusta tanto contar. ¡Gracias! ¡Mil gracias!
A veces es preciso que alguien te recuerde lo que parece que has olvidado...
Esto de la cuentería es un camino de rosas y de espinas. No todo son risas al viento, sino que hay muchos momentos en los que me pregunto por qué no buscar un trabajo menos loco, menos bohemio y más "serio". El día a día es la escuela que a veces me responde y a veces calla.
No sé dónde andaré en unos años, con bicicleta y cuentos o vacía de equipaje. No sé si seguiré contando para vivir del cuento o si la imposibilidad de vivir del mismo me llevará por otros caminos... Lo que sí que es seguro es que aún en privado, para amigos y familia, seguiré compartiendo palabras, versos y risas al viento.
¡Feliz Día del Libro, queridos Amigos del Cuento!
"Sembremos cuentos entre todos, sembremos cultura."