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jueves, 31 de diciembre de 2015

F E L I Z A Ñ O N U E V O



Cada sonido, un pálpito; cada sílaba, un latido; cada palabra; una intención. Ninguna palabra está exenta de peso, sonido, tacto o sabor. Ninguna palabra de las que nacen en algún rincón de tu mente, revolotean por tu estómago, juegan con tu lengua o bailan sobre tus labios. Ninguna palabra está libre de sentido y significado. Todas vibran en ti. Todas vibran en mí. Nuestro mundo ha sido construido letra a letra, sílaba a sílaba, palabra a palabra. Los sabios de la antigüedad siempre supieron de su poder. Por eso cuidaban lo que decían, por eso escuchaban tanto. En algún momento lo olvidamos y ahora empezamos a despertar. ¿Lo sientes tú? ¿Qué palabra te hizo cosquillas ayer? ¿Cuál necesitaste escupir para que no te amargara la boca?... ¿Qué mundo deseas? 
Empecemos por hacerle el amor a las palabras... A las ajenas y a las propias. Con infinita ternura. Tal vez entonces, juntos, podamos cambiarlo. 

"Sembremos cuentos entre todos, sembremos cultura."

viernes, 18 de diciembre de 2015

LEO GRATIS, una performance para compartir lecturas

Fotografía de Felipe Bollaín


LEO GRATIS nace como un homenaje a mi abuela y a la lectura.

Mi abuela fue mi primera heroína. Su superpoder secreto: autoalfabetizarse. Les cuento: En su familia eran tres chicas y un chico. Su hermano, el único que asistió a la escuela. No había dinero para todos, dijeron sus padres. En aquella época era algo bastante común entre gente humilde. Pues bien, ella rememoraba con la claridad que dan los años vividos, lo mucho que le apenaba no poder ir al colegio. Pero ya les he dicho que mi abuela tenía alma de heroína... Una de sus primeras victorias fue con la lectura: tenía nueve años. A esa edad empezó a trabajar como empleada doméstica a tiempo completo para otra familia, lejos de su pueblo. Las niñas de la casa, menores que ella, le enseñaban a ratos el misterio de las letras y las sílabas. Luego en la soledad de su cuarto practicaba lo aprendido usando viejos papeles de periódico que habían servido para envolver alimentos. Así aprendió a leer.
Cuando fue madre se esforzó porque su hija recibiese una educación. Y no le resultó fácil. Esa niña, mi madre, también demostró siendo muy joven que tenía superpoderes... Pero esa es otra historia.

Lo terrible es que aún hoy, tanto tiempo después, hay muchas niñas en el mundo privadas de su derecho a la educación, por el simple hecho de haber nacido mujer. Y si encima eres pobre, todavía peor. Esto tiene que cambiar.

A mi abuela y a tantas mujeres como ellas, valientes y rebeldes.
A la lectura como puente entre las personas, vehículo para el progreso y alas para la libertad personal.

Cada objeto y cada libro en esta performance tiene un sentido y ha sido elegido para hacerte esta experiencia lo más placentera posible. Ojalá que así sea.
¡Muchas gracias por compartirla!