Ayer fue mi último día de
Taller de Animación a la Lectura en el
Colegio José Nogales , en la localidad onubense de
Aracena. Han sido unos días intensos y fructíferos. Llevo casi cuatro años impartiendo este tipo de talleres por toda Andalucía, pero era la primera vez que lo hacía en la tierra de origen de mi familia. Supongo que esto ha calado en la experiencia, pero no sólo ha sido el retornar a mis raíces lo que me ha dado una dosis extra de ilusión en mi trabajo, sino el buen hacer del personal del colegio, desde el director, pasando por los profesores y por las encargadas del comedor (que escuchaban los cuentos como un niño más mientras esperaban para preparar las mesas para el almuerzo... Saludos Eva.) hasta llegar a mi nexo con el
Centro Andaluz de las Letras, Miguel y Manuel. Gracias a todos.
Querría hablar ahora de los auténticos protagonistas de este taller: los niños y niñas del
Colegio José Nogales. Un taller de animación a la lectura no tiene más pretensión que la que su propio nombre indica, incentivar a acercarse a los libros (tebeos, álbumes ilustrados, etc.) con curiosidad y alegría, sin pesares ni cargas. Convencida como estoy de que los libros pueden hacernos más libres y más felices, ¡qué gran suerte la mía y qué privilegio ser animadora a la lectura!
Disfruté mucho escuchando los intereses literarios de cada uno de los participantes al taller. Fue todo un aluvión de títulos y géneros. ¡Una verdadera lluvia de libros! Algunos de aquellos títulos se repetían y la ilusión con la que hablaban de esos libros me impulsaba a leérmelos todos. ¡Desde luego he tomado nota de las obras recomendadas por mis jóvenes amigos lectores!
Entre los bonitos recuerdos que atesoraré de este taller está la manera en que escuchaban los cuentos que narraba cada día. Sus oídos eran antenas deseosas de captar la música mágica de las palabras. Y sus ojos, como faros fijos en la película que flotaba en el aire al ritmo que marcaban unos puntos suspensivos inquietantes... unas comas rápidas como flechas,,,,,,,,,,,,,, o una admiración a la que seguía una carcajada
: -¡Papá, que el emperador está en pelotas! ;0)
-Ha sido un verdadero regalo redescubrir en sus caras el valor de una buena historia y lo divertido que es compartirla con los amigos.
Gracias chicos. Gracias chicas.
P.D. Amigos del
Colegio José Nogales: si habéis entrado en este blog os doy una calurosa bienvenida. Os animo a recomendar vuestras lecturas (un libro que os haya tocado especialmente, un tebeo heredado, un último descubrimiento de la biblioteca, ¡lo que os apetezca!). Los comentarios y recomendaciones los podéis escribir directamente al final de este artículo (o
entrada, en el lenguaje "bloguero"), "pinchando" en
comentarios. También podéis mandar dibujos de las historias que vayáis descubriendo (esto último mandadlo a mi correo electrónico para que yo pueda "colgarlo" en el blog). ¡Bienvenidos, Amigos del Cuento de Aracena! ¡Hasta pronto!
P.P.D. ¡Muchas gracias por tu dibujo, Lucía! :0)