Hace dos fines de semana tuve la oportunidad de contar cuentos en Gijón, dentro del FETEN (Feria Europea de Teatro para Niños y Niñas). Lo hice con mis compañeras (chicos no me olvido de vosotros, pero somos mayoría femenina...) de ESCENOTECA, dentro de un espectáculo de teatro de calle para niños llamado "Poemas para jugar a las casitas". Es un espectáculo muy especial, con cuatro cabañas de madera donde los niños pueden acercarse a diferentes mundos a través de poetas andaluces. Yo cuento cuentos en una cabaña donde los niños pueden conocer a un burro muy especial llamado Platero, o acariciar su tripa mientras escuchan nanas, cuentos suaves y dulces como el algodón de azúcar... ¡Pero sin empalagar, eh! ;0)
Era la primera vez que iba a aquella ciudad. Gijón se me apareció de noche, con el mar embravecido y fuegos artificiales de espuma rompiendo por todo el paseo. Permanecimos en silencio observando el espectáculo que aquella naturaleza extraña ofrecía a unas sevillanas de secano como nosotras. Mientras, los oriundos nos miraban entre extrañados y divertidos, como si fuéramos "guiris" ante un acontecimiento "very typical".
La breve estancia en FETEN me pareció de gran interés tanto para los espectadores como para los profesionales del teatro infantil y la narración oral en particular. Ojalá hubiera dispuesto de más tiempo para ver los trabajos de los demás compañeros, ¡aunque al menos pude olfatear el ambiente festivalero! ¡Qué suerte tienen los niños y niñas de Gijón! No hay muchos encuentros de estas características en España, lo cual lo hace aún más valioso. La experiencia asturiana fue corta, intensa y llena de puntos suspensivos a los que me habría gustado añadir más frases. Espero volver a Gijón. Espero volver a verte, Gijón.
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