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sábado, 26 de septiembre de 2009

Un curso nuevo


         Una gran emoción me embargaba. La sensación de que aquella mañana yo estrenaba el mundo. Vivía esas horas con el tempo de un ritual continuo, en la celebración de un evento único.
Me despertaba. Atrás quedaba la pereza de los amaneceres veraniegos.
Me aseaba con esmero. Elegía la ropa y me vestía lentamente.
Revisaba la cartera por tercera o cuarta vez.
Desayunaba con la impaciencia empujándome el estómago.
Ya estaba lista.

Ponía los pies en la calle.

Calle nueva.
Calle de primer día de cole.
Caminaba presa de la excitación y, a veces, del miedo.
¿Lo pasaría bien?
¿Haría nuevos amigos?
¿Tendría problemas con alguna asignatura?
Entonces afirmaba los tirantes de la mochila y me dejaba impregnar de la fuerza de aquel día.
Por el encantamiento de estrenar libros, cuadernos, gomas, bolígrafos de colores...
Por la curiosidad de descubrir, de inventar, de aprender...
Las dudas dejaban paso a la ilusión y yo reanudaba el paso con renovada energía.


Primer día de colegio

La gran verja del colegio se erigía frente a mí.
Me rodeaban montones de niños con carteras relucientes, flequillos repeinados y camisetas de colores vacacionales.
Sus madres: aleccionadoras, cariñosas, revisoras de cabellos en perfecto estado.
Despedidas apresuradas en mitad de un caos bullicioso daban paso a la apertura de las verjas.
Ya estabas dentro.

En cuestión de unas horas sabrías cuántas cosas, caras y asignaturas estrenarías y cuáles podrían gustarte más o menos.
En unas horas habrías empezado un nuevo curso.
Atrás quedaba tu vieja vida.
Delante, toda una nueva vida por estrenar.

4 comentarios:

STTSS dijo...

Te perdiste las albóndigas de presa, los boquerones, las acedías y sobre todo las huevas de calamares y las croquetas de jamón recién hechas...

Y al final tarta de chocolate con el correspondiente chupito de pacharán casero.

Esther Yamuza dijo...

Brrrr, eres malvado...
No importa, la próxima vez me desquito.

BIBLIOHERRERA dijo...

Preciosa visión del primer dia de cole. Por un momento me he visto con mi vieja cartera acercándome con más temor que alegría al colegio tras los movidos veranos de mi primera?? juventud.
Un saludo, Esther

Esther de Juglaría dijo...

¡Hola Jesús! ¡Qué sorpresa!
Muchas gracias por tu comentario. Me apetecía rememorar aquel momento y veo que a ti también te ha "removido"... ¡Qué de recuerdos!
Recibe un fuerte abrazo