Fotografía
de Esther de Juglaría ©
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El pasado sábado 16 de octubre estuve de estreno con "GAFAS DE NO VER Y OTROS CUENTOS". Ha sido la ocasión de probarlo frente al público, ver las reacciones, intuir los giros, afianzar aquello que funciona y trabajar aquellos aspectos que pueden ser mejorados... ¡Ver nacer un cuento es todo un acontecimiento y más si lo has escrito tú! ;0)
La sesión fue muy cálida, llena de niños y padres interesados por escuchar historias. Uno de los momentos más memorables fue aquel en el que Tomás (un niño del público) hizo de zombie, gracias a unas gafas muy especiales... ¡Lo pasamos en grande!
También asistió el periódico Odiel.
Adjunto el enlace del artículo que escribió dicho periódico:
Aún así, he de decir que todavía hay padres que se ponen al fondo de la biblioteca a charlar o a leerles cuentos a sus hijos (!¡). Dicen que es porque no han encontrado asiento cerca y no escuchan bien. Aunque sea cierto, este comportamiento no es el mejor ejemplo que pueden darles. Es importante que sepan que ese no es el momento de leerles un cuento a su hijo/a y mucho menos de charlar.
Éste no es un problema exclusivo de la Biblioteca Pública Provincial de Huelva. En mis viajes cuenteros he recorrido muchas bibliotecas, casas de cultura, colegios... y en más de un lugar he tenido que mandar a callar a algún adulto, padre o profesor. ¡En mitad de la narración! Ocasionalmente he silenciado a algún niño o joven, pero en menor proporción al público adulto.
En estos años me he venido preguntando cómo puede solucionarse la ocasional falta de asientos, el murmullo y el movimiento de público que a veces se da en las salas.
Éstas son algunas alternativas que suelen funcionar:
Ofrecer todos los asientos de que se dispongan. También ayuda acotar el lugar y tener un número limitado de asistentes. O tal vez, en beneficio de todos, sea necesario que las sesiones de narración oral se hagan en el salón de actos, aunque habitualmente no suela ser tan bonito como la biblioteca. A diferencia de los talleres de animación a la lectura, que adquieren más sentido en una biblioteca, junto a los libros, las sesiones de narración oral adquieren su pleno sentido allí donde el ambiente respalda al narrador y acoge al público. No hace falta más. Pero este pequeño cambio marca la diferencia.
Al fin y al cabo, se trata de una actuación y precisa de un lugar donde el público esté cómodamente sentado para poder disfrutar. Otros compañeros cuenteros ya lo están haciendo, gracias al apoyo de los lugares que acogen este tipo de actividad.
En cualquier caso, soy optimista pues creo que cada vez hay más personas profesionales en torno a la narración oral y un público más entregado y exigente.
Finalmente, me gustaría agradecer a Eugenia (bibliotecaria entusiasta de las sesiones cuenteras) su apoyo constante en estos años de colaboración; y a Antonio (director de la biblioteca), su calurosa bienvenida , además de la necesaria introducción "pedagógico-normativa" del principio de la sesión.
¡Gracias, Amig@s del cuento! :0)
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