Gioconda Belli presentaba ayer en Sevilla su última novela, "El intenso calor de la luna". La sala infantil de la Biblioteca Pública Provincial Infanta Elena era un hervidero de "groupies" de la poetisa nicaragüense que igual te ensalza la sensualidad de los cuerpos, que dedica una oda al helado (y sientes el deseo irrefrenable de ir a por una tarrina de Chocolate Chocolate Chips, como Lili Taylor en "Cosas que nunca te dije", de Isabel Coixet). Juglara de la palabra, inspiradora de esperanzas, feminista ejemplar (que no alimenta rencores hacia los hombres) y mujer de rompe y rasga, la obra de Gioconda no me deja indiferente. Tampoco su presencia. Como una actriz consumada, cuida su vestuario y maquillaje para el personaje que ha de representar ese día, comunica lo que viene a decir desde su verdad, mira al público con honestidad y respeta las pausas. Y sobre todo, es cálida como esa luna de la que habla en su nueva novela. Un auténtico privilegio tenerla cerca, hablar de su obra y escucharla recitar sus poemas. ¡Grande Gioconda!
"Sembremos cuentos entre todos, sembremos cultura."
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